Termina el día y en el cuadro del vidrio del '60', hasta Constitución, veo la lluvia cayendo con furia, vaciando las calles, cambiando nuestro odio de color; la madrugada me ve sola en la mesa, mirando al mundo por televisión. No cambio nada, y vuelvo a la cama, pensando que tal vez mañana, todo será un poco menos peor que hoy.
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