jueves, 12 de mayo de 2011

Las calles son nuestras aunque el tiempo digan lo contrario, y los sueños no soñados ya se amargan la garganta y se callan, y eso casi siempre (o siempre), les encanta. Van quedando pocas sonrisas, prisioneros de esta cárcel de tizas, se apago el sentido, se encendió un silencio de misa; menos horas en la vida, más respuestas a una causa perdida de: por qué los sentimientos vuelven con el dia?

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