domingo, 1 de febrero de 2009

No tanto como su pasado, pero aún así la noche estaba oscura, reinaba en el ambiente la locura y la suerte no estaba de mi lado, me decidí por fín a esperarte a la salida del Luna Park, si no entré al camarín voy a seguirte hasta que entres a un bar. Después de un largo paseo por la capital, decidiste ir a Clasica y Moderna, el taxi me costó diez pesos, de eso no me olvido más y el trago más barato costaba una pierna. Pero yo estaba contento porque pude entrar y apenas lo hice me sente en mi silla, se acercó el mozo, me dijo: señor ¿que va a tomar?, le dije: " gracias, muy amable, agua de la canilla". Esa noche era cumplir dos de mis sueños más deseados: pedirte un cigarrillo aunque tuyo no sea, pero no tenías y quedé muy mal parado. Sin conformarme con el cuarto fracaso, quise ir en busca del segundo sueño (fui al segundo sueño que buscaba), pensé palabra por palabra en cada paso temiendo tartamudear llegado el momento. Te dije: "felicitaciones por el recital, quisiera pedirte algo con el corazón, que me regales una frase, porque con ella quiero hacer una canción". Me dijiste: "que pensas, que hago frases por el camino" y te fuiste con mi frase en tu boca, cumpliendo así mi quinto fracaso consecutivo, me pedí un vaso más pero esta vez de vodka. Mucha metáfora no le encontre a la frase, pero igual me sirvió para hacer el tema, tiene un estilo a blues tan triste que da pena y guste o no lo cantó porque esta tu frase. En cuanto a aquella noche terminé en mi casa abrazado a una linda caderona, el vodka fue un regalo de la casa y el cigarrillo me lo dió pancho varona.

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