martes, 24 de febrero de 2009




Negar palabras es abrir distancias, por eso hoy queremos hablar. De vidas compartidas, de sentimientos, de sueños, de tiempo, de aprendizaje, de frustraciones, de victorias, de promesas, de planes y caminos, pero también, queremos hablar del pasado, de la historia... Las palabras que hoy escuchan representan silencios y miradas, esa mezcla de melancolía, alegría, tristeza y miedo. Esa contradicción entre las ganas de irse y de quedarse, entre el no saber si llorar de felicidad por haber terminado, por sentirnos realizados en esta etapa o simplemente, si lloramos de nostalgia por todos los recuerdos juntos, por saber que el año próximo no vamos a vernos todos los días, ni compartir nuevas vivencias en nuestra escuela. Aunque cueste aceptarlo esta etapa terminó. Y si bien la historia no concluye, estamos hoy acá con el dolor de mirar para atrás y con el miedo de ver hacia adelante.
Muchos nos conocemos desde hace 14 años, otros de menos tiempo y otros hace muy poquito que llegaron, pero la verdad es que el sentimiento no cambia y ese lazo tan fuerte que nos une no va a ser posible de aflojar nunca. Este no es un momento fácil, porque vamos a dejar de ser esos nenes a los cuales los grandes les resolvían todo a tener que afrontar los problemas nosotros mismos. Supimos descubrir con tan solo 4 años dentro de una salita, mucho más que muñecas y autitos. Nos encontramos con esos chicos a los cuales después de un tiempo llamábamos amigos, pasábamos toda una tarde juntos, y después queríamos que vengan a dormir a casa. En esa salita rectangular con una mesa grande aprendimos la palabra compartir, a fábricar miles y miles de cosas con simples ladrillos. Las nenas creernos que éramos todas unas mamas dentro de la cocinita, hasta que los nenes creyéndose guerrilleros venían y destrozaban nuestras ilusiones en tan solo dos segundos.
El tiempo pasó muy rápido y de eso se habrán dado cuenta, cambiamos de una salita muy chica con un patio que compartíamos, a otro que nos parecía enorme. Sí, habíamos empezado la primaria, todo era nuevo, dejamos atrás el guardapolvo a cuadritos para ponernos un uniforme azul, cambiamos la revoltosa hilera para formar por estatura, hacer la Oración que nos enseñó a agradecerle a María y a Jesús por todo lo que nos brindaron día a día. Los años pasaron, pero nuestras ilusiones se iban acrecentando. Dentro de las aulas hicimos que haya más que un pizarrón, había una maestra que siempre intentaba enseñarnos cosas muy raras y nuevas.
Así los años fueron pasando, hasta que llegó nuestra primera Comunión, los campamentos, los cumpleaños, las salidas compartidas. Llegamos a 7mo grado, pasamos de ser los más grandes de primaria a ser los más chiquitos ¿qué mundo raro no? Dejar el short para ponernos la jumper y los hombres el pantalón de vestir. Ahora empezaban los problemas, cambiamos de las señoritas que tanto nos conocían a las profesoras, tantas que no podíamos acordarnos los nombres. Elegir el color de la remera, la bandera y Carlos Paz, toda una aventura, no podíamos esperar para ir y en el mes de Diciembre del 2003 fuimos y vivimos una semana en la cual nos conocimos aún más. A partir de ese viaje finalizábamos una etapa y otra se abría, esa que ocuparía 5 años en nuestras vidas, la secundaria.
Y el tiempo como es habitual pasó en un abrir y cerrar de ojos y entre las quejas por tener que estudiar, las reincorporaciones por faltar tanto, las discusiones entre los compañeros del curso, los desacuerdos con los profesores, las amonestaciones, llegamos al tan esperado 5to año. Dentro de él hay mas que un curso que egresa, más que alumnos que terminan el secundario. Hay un Bariloche que nos enseñó que el porque de lo increíble de ese viaje, no radicaba en la leyenda, sino en las ganas de compartir todos juntos. Hay recuerdos inolvidables de esos 11 días, llantos, discusiones, emociones, nada que no se pueda arreglar con un simple abrazo. Así el tiempo se volvió a ir casi sin darnos cuenta. Y estamos acá reunidos, lo que queda es el recuerdo, el recuerdo de un camino que a veces quisimos dejar, porque nos costaba, o porque a veces el cansancio y el fracaso podían más. Pero sin embargo, fue un camino que todos logramos recorrer y llegar a su final. Y hoy estamos parados en el lugar donde cada uno debe emprender su propio rumbo, elegir su propia vida. Por última vez estamos todos juntos de uniforme, aquel por un lado no aceptábamos y que por otro nos da tanto orgullo usar.
A ustedes papás, gracias por haber juntado nuestros destinos, gracias por ese apoyo incondicional y constante sin el cual nos hubiera sido imposible estar hoy aquí. Gracias por esa confianza y cariño que siempre nos hicieron sentir y aunque hoy nos veamos mas grandes los necesitamos más que nunca. A ustedes profesores gracias por todas las cosas que nos enseñaron día a día, nunca nos vamos de olvidar de aquellos que dejaron su corazón en la enseñanza y sepan que siempre permanecerán los recuerdos, tanto los feos como los lindos, porque esos recuerdos representan el fruto de lo que hoy somos. Y a ustedes 5to Humanidades, llegó el momento de decir hasta siempre. Esta despedida nos apunta a buscar entre las cosas que cargamos en la vida, aquello que tiene valor, porque no todo puede llevarse en este viaje. Y si tuviéramos que elegir, los elegimos. No dejemos que la duda o el miedo nos traben, eso no nos lleva a ningún lado, será solamente el atajo al fracaso, nuestra peor excusa. No permitamos que la realidad en la que vivimos nos dificulte las cosas.Esto no termina hoy, del alguna manera recién comienza, Y sí, crecer es así, te da y a la vez te quita. Sin embargo hay algo que nadie nos va a sacar: tenemos bien en claro de donde venimos, por eso es hoy un orgullo poder decir que somos ex-alumnos del colegio María Madre de la Iglesia. Eso hace que marquemos la diferencia, eso es lo que siempre nos va a unir, estemos donde estemos, porque tenemos un pasado en común y aunque hoy sea el final, nada ni nadie va a poder hacernos olvidar los momentos vividos. Para los otros seremos un par de egresados más, un curso que termina su etapa, pero nosotros sabemos que no es así, somos amigos, compañeros, hermanos, somos parte de una misma historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario